Comer en las noches, comer de forma emocional, parrandas de comida chatarra – ¿te suena familiar? Hay que romper estos malos hábitos alimenticios comunes para conseguir la pérdida de peso.
No es sólo la fuerza de voluntad, o la falta de ésta, lo que nos hace comer en exceso y aumentar de peso. A veces, es ese mal hábito que desarrollaste sin siquiera darte cuenta, como salir corriendo de la casa en algunas mañanas sin desayunar, o comer papas fritas viendo tu programa de televisión favorito. Lo que debes de sabes es que un poco de un mal hábito puede ser igual a una gran cantidad de ganancia de peso indeseado. Lo peor de todo es que ni siquiera puedes darte cuenta de lo que le estás haciendo a tu dieta.
Aquí encontrarás soluciones rápidas para algunos de los malos hábitos alimenticios y de estilo de vida más comunes que pueden causar esa subida de kilos indeseados.
La teoría del plato
Los psicólogos han descubierto que cuanto mayor sea el plato o tazón del que comes, más comes sin siquiera saberlo. En un estudio reciente que se llevó a cabo en un cine, a un grupo se le dio un bote grande de palomitas rancias y al segundo un bote mucho más chico con palomitas frescas y en buen estado. El primer grupo comió 45% más palomitas a pesar de haber estado en mal estado.
La solución: comer de platos más pequeños. Prueba cambiar tu plato grande por uno de ensalada (generalmente los platos medianos de las vajillas), y nunca comer directamente de un recipiente o envase.
Comidas Nocturnas
Después de la cena, enséñate a ti mismo a pensar que la cocina está cerrada durante la noche, y cepíllate los dientes – querrás comer menos con una boca recién lavada. Si tu antojo aparece, espera 10 minutos. Si todavía estás realmente hambriento, come algo pequeño, como una fruta.
Comer entre comidas sin fin
Aquí hay un mal hábito del que muchos son culpables: picar todo el día, a menudo con alimentos ricos en calorías que están llenos de carbohidratos vacíos y mucha grasa. Un estudio reciente de la Universidad de Carolina del Norte encontró que no es sólo un problema para los adultos: los niños están comiendo más y más a menudo comida chatarra poco saludable que incluye papas fritas saladas, refrescos y dulces.
La solución: Mantener sólo bocadillos saludables a tu alcance, como el hummus, zanahorias y rodajas de pepino, palomitas de maíz, yogur y almendras. No almacenes en tu escritorio o despensa papas fritas o galletas que sabes que no puedes resistir.
Saltarse el desayuno
Sabes que el desayuno es realmente la comida más importante del día, pero con tantas otras tareas que compiten por su atención, puedes decidir que no tienes tiempo para comer. Cuando te saltas comidas, tu metabolismo empieza a disminuir, además, el desayuno te da un impulso de energía que necesitas para el resto del día. Sin combustible, es probable, que acabes por comer en exceso más tarde. Un nuevo estudio realizado con niños en escuelas chinas encontró que los que saltaban el desayuno ganaban significativamente más peso durante un período de dos años que los que comían algo en la mañana.
La solución: Ten listos alimentos saludables para el desayuno que puedas consumir a la carrera. Si tienes prisa, intenta elementos sencillos, como la fruta entera, yogur, barritas de cereales caseras y batidos.
Comer emocionalmente
Has tenido un mal día en la oficina, y al llegar a casa, abres la nevera y comes – no es una buena estrategia para la dieta. Mucha gente pone comida en su boca como una forma de hacer frente a sus problemas. Varios estudios confirman que las emociones, tanto positivas como negativas, pueden hacer que las personas coman más de lo debido. Evidentemente un muy mal hábito que echa a perder cualquier intento de bajar de peso.
La solución: Encontrar un nuevo liberador del estrés. Si estás estresado en el trabajo, cuando llegues a casa, toma un paseo en lugar de comer o llama a un amigo que pueda ser empático con tu problema. Es saludable ventilar o compartir los problemas con otras personas de confianza. Elije cualquier actividad que te guste, siempre y cuando te mantenga fuera de la cocina.
Comer muy rápido
Si devoras tu comida, ya sea refrigerios o una comida completa, no le das a tu cerebro tiempo para ponerse al corriente con el estómago. Tu cerebro no recibe la señal de que estás lleno hasta dentro de unos 15 ó 20 minutos después de haber empezado a comer. Si comes en 10 minutos o menos, podrías terminar comiendo mucho más de lo que necesitas. En un estudio de 3,200 hombres y mujeres, los investigadores japoneses encontraron que comer demasiado rápido está fuertemente asociado con el sobrepeso.
La solución: Para reducir la velocidad de tu alimentación, deja sobre la mesa tu tenedor entre bocado y bocado, toma bocados más pequeños, y asegúrate de masticar cada bocado a fondo. Además, tomar agua durante tu comida te ayudará a reducir la velocidad y hará que te sientas lleno más rápido.
No duermes suficiente
¿No dormir suficiente podría arruinar tus esfuerzos de perder peso? Sí, de acuerdo con un análisis reciente realizado por investigadores en Tokio. Ellos encontraron que los hombres y las mujeres que dormían cinco horas o menos por noche eran más propensos a ganar peso que aquellos que dormían siete horas o más.
La solución: Establece una rutina para ti mismo, y trata de ir a la cama y levantarte a la misma hora todos los días, incluso los fines de semana. Mantén el dormitorio oscuro y confortable, y evita la televisión o las computadoras durante al menos una hora antes de acostarte. Si necesitas motivación extra para apagar las luces temprano, recuerda que cuanto mejor se duerme, mejor será el número cuando te subas a la báscula en la mañana.
Comer comida chatarra
Sabes que la comida chatarra no ayuda a tu cintura, pero el efecto puede ser peor de lo que piensas. Un estudio encontró que el consumo de alimentos ricos en grasas y azúcar realmente desencadenan sentimientos de felicidad en los seres humanos.
La solución: No hay que eliminar los placeres favoritos de tu dieta – esto sólo hará que se te antojen más. La clave del éxito de la pérdida de peso es identificar lo que realmente quieres, y disfrutar de tus comidas favoritas con moderación como regalos especiales, no todos los días.
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